Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Para la gran mayoría de la población cajamarquina, no cabe ninguna duda que detrás de la convocatoria a la “marcha” del día 16 del presente, están las trasnacionales mineras (grupo norte), encabezada por la Newmont Mining Corporation (más conocida como “Yanacocha”) Al igual que resulta obvio que delante de la aludida marcha están empresarios pro-mineros, integrantes del Colectivo Cajamarca, quienes se constituyeron, para servir rastreramente a los intereses de dichas transnacionales. No obstante, tanto a las empresas mineras como a sus sirvientes, el cinismo, la sinvergüencería y la desesperación les brota por todos los poros, cuando aducen que la marcha es “por la paz”, “contra la corrupción”, “por el desarrollo”, bajo el trillado slogan “queremos trabajo”.
“Marcha por la paz”. La tan cacareada “paz” únicamente se puede “disfrutar” en el cementerio o en el cielo, tal como, ya lo están haciendo las 5 víctimas de las balas asesinas del ejercito y la policía durante las protestas contra el mega Proyecto Conga, donde la transnacional minera y el gobierno “nacionalista” de Humala, están involucrados directamente e indudablemente ellos mismos también lo disfrutarán algún día. No se puede invocar “paz” a secas, la paz tiene un complemento del cual todo el mundo se olvida, especialmente los poderosos, los opresores y los que quieren seguir saqueando y depredando los recursos naturales sin ningún obstáculo ni contratiempo. Ese complemento se llama justicia social. Durante los 20 años de actividad minera, por no retroceder a tiempos mucho más antiguos, se viene invocando “paz”, pero en cambio se practica la injusticia y el abuso, la explotación y la opresión. Entonces, reclamar o invocar paz sin justicia social es reclamar la paz de los cementerios.
“Marcha contra la corrupción” Claro, esta práctica no es nueva, los corruptos hablan de corrupción tal como los ricos hablan de pobreza y últimamente hasta encabezan marchas o movilizaciones “contra la corrupción” y “contra la pobreza”. En realidad, los corruptos marchan contra si mismos y en realidad los ricos marchan y siempre han marchado en contra los pobres. Aquí es donde brota el cinismo y la sinvergüencería de la transnacional, puesto que durante 20 años se ha dedicado a corromper conciencias de alcaldes, congresistas, jueces, fiscales, ministros y periodistas, de todos los niveles y en todos los espacios; puesto que como “buenos empresarios mineros”, “modernizados” y “sofisticados”, que según ellos, usan “tecnología de punta”, es lógico minimizar costos, a cualquier precio, incluso sacrificando dignidades, soberanías y hasta seres humanos, con tal de obtener mayor rentabilidad, optan por la corrupción y el paternalismo (regalos de ovejas, cuyes, gallinas, etc., etc.) lo cual, para ellos, resulta muchísimo más barato que promover o ayudar a promover verdaderos procesos de desarrollo social.
“Marcha por el desarrollo”. Sí, pero por el desarrollo del sub desarrollo. Durante 20 años, la transnacional lo que ha hecho es degradar el término desarrollo, al despojarle de su esencia, de su contenido real. El termino desarrollo ha sido utilizado, tal como el charlatán usa al sebo de culebra, como simple cliché, para embaucar a la población cajamarquina y campesina en particular. Estoy seguro que ni ellos mismos creen que lo que han venido haciendo es desarrollo. ¿En qué lugar del mundo pasar de un cuarto lugar en el ranking de la pobreza a un segundo lugar significa desarrollo? Los científicos, académicos y profesionales deberían protestar porque algunas transnacionales degradan los conceptos y categorías, invierten los procesos sociales al llamar involución a la evolución, al atraso, progreso, al crecimiento desarrollo, a la causas justas, violencia; ya no más faltaría que desde su óptica el día sea noche y la noche sea día. Yo sólo se que desarrollo es pasar de un estado inferior a otro superior; de bajos a altos niveles de vida. Que desarrollo es mejorar la calidad de vida de la población y no pauperizarlo, incrementar la esperanza de vida al nacer y no disminuirla, generar condiciones para un futuro de disfrute y no generar las condiciones para futuros inciertos, etc.
“Queremos trabajo”. Es un trillado cliché que la transnacional utiliza o mejor dicho obliga a sus trabajadores para que lo utilicen en sus famosas marchas y así sigan o continúen generando expectativas laborales en la población, tal como lo hicieron hace 20 años. Efectivamente, en aquella oportunidad los gobernantes de turno, los políticos y empresarios y la propia transnacional saturaron de expectativas a la población de Cajamarca, en el sentido que el paraíso laboral había llegado a Cajamarca y tal vez por eso todo el mundo calló mientras la destrucción de las fuentes de agua, la corrupción y el maltrato a la población rural se había iniciado de manera galopante. En cuanto al trabajo, ya todo el mundo sabe que sólo fue una efectiva estrategia para iniciar el saqueo de los recursos minerales. De los 10 o 12 mil trabajadores que ocupa la transnacional la gran mayoría son de otras regiones, menos de la región Cajamarca y de los pocos cajamarquinos que logran trabajar en la empresa la gran mayoría lo hace bajo el sistema de service; y la gran mayoría de éstos en condiciones de peón y de obrero.
La frase “queremos trabajo”, probablemente corresponda a la población rural, quienes ante el abandono de un Estado neoliberal y del abandono de la agricultura y la ganadería acuden a la trasnacional, que ocupa su territorio y con todo el derecho del mundo le dicen “queremos trabajo”. ¡Oh, qué maravilla, para la empresa! Muy bien, seguramente le responde: “te damos trabajo, pero, eso sí, a cambio de tus lagunas, tus manantiales y tus canales; a cambio de que te quedes mudo cuando contaminamos tus aguas” “ a cambio de que salgas a marchar cuando lo creemos conveniente y grites por las calles “queremos trabajo”. “A cambio de que nos vendas tus tierras, tus cerros y tus jalcas” “y a cambio de que recibas los precios que te ofrecemos”. Entonces, todo indica que la frase “queremos trabajo” explica el porqué el silencio casi cómplice de los pobladores campesinos ante la destrucción de sus cerros y de sus fuentes de agua; ante el despojo de sus tierras ante el abuso y el engaño durante 20 años. Menos mal que esta situación se está revirtiendo, la población está levantando la voz, se ha dado cuenta que se está quedando sin nada, que sus tierras y sus fuentes de agua están siendo destruidas indiscriminadamente; cuando la tierra y el agua han sido durante miles de años parte de su vida, tanto así que se puede decir, que campesino –tierra- tierra- agua ha sido la trilogía que ha transformado la naturaleza y la sociedad y que dicha trilogía a formado una totalidad.
Finalmente, ya para nadie queda duda que la Newmont está operando en Cajamarca y quiere seguir haciéndolo a través de métodos delincuenciales. Puesto que para eso, previamente, ha logrado corromper a todos los que se cruzaban por su camino especialmente a todo tipo de autoridades: Alcaldes, Presidentes regionales, poder judicial y prensa, además a las fuerzas policiales, de tal manera que así allanó el camino para operar, como ya indicamos, delincuencialmente y nadie absolutamente nadie le diga nada. Lo que acaba de suceder en Conga, con los guardianes de las lagunas, en el sentido que, en la medianoche del domingo 14 al amanecer de ayer lunes 15, éstos han sido amedrentados y asustados y hasta provocados con disparos de armas de fuego y con el incendio de sus plásticos, sus carpas, etc. no tiene otro nombre más que acción delincuencial, por no decir acción de terrorismo ecológico. Entonces, las preguntas caen por su propio peso: ¿Quién provoca la violencia?, ¿Quiénes son los violentistas? ¿Quienes son los que alteran la paz? Y, seguramente ya no demoran en salir en su prensa comprada y lacaya, a decir que “son los campesinos los que han provocado”, o que “en Conga ha habido un enfrentamiento”, donde los “pobres policías sólo se han defendido”. Menos mal que este tipo de argumentos falaces ya la población los conoce muy bien, desde hace un buen tiempo.
Fuente: Red Verde Cajamarca.
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