domingo, 11 de agosto de 2013

ESCENARIO DIFÍCIL: ¿SE DARÁ UNA ALIANZA DE IZQUIERDAS EN CAJAMARCA?




La necesidad de superar diferencias internas se evidencia ante una de las campañas electorales más duras que verá la región Cajamarca

Entre el MAS (Movimiento de Afirmación Social) de Gregorio Santos y Tierra y Libertad de Marco Arana, en muchos temas políticos y de gestión, hay más diferencias que coincidencias. Por ello, el trabajo interno que se hace para lograr una alianza con miras a las elecciones regionales del 2014 es una tarea ardua.

Hace unos meses se dieron las primeras conversaciones para llevar adelante este propósito. Trascendió el ofrecimiento de una vicepresidencia y candidaturas conjuntas en algunas provincias. Nadie confirmó. 

Lo cierto es que entre militantes de ambas agrupaciones sobran las críticas para el otro. 

Algunos militantes del MAS consideran que Tierra y Libertad es solo Marco Arana, y que más allá de su presencia mediática no hay posibilidad de arrastre popular masivo. Los militantes de Tierra y Libertad critican duramente a Patria Roja de querer acaparar puestos y de designar a dedo a los candidatos en provincias sin importar sus antecedentes. Dirigentes del MAS asumen que Marco Arana no podría generar representatividad en la zona rural por su perfil intelectual y de ex sacerdote. Dirigentes de Tierra y Libertad asumen que Gregorio Santos es tan caudillista que difícilmente dará un paso al costado para dar una muestra de desprendimiento político en pro de un frente amplio. 

En público, por supuesto, las opiniones son muy diferentes: ambos movimientos -identificados como izquierda- reconocen la necesidad de ir juntos a pesar de si el resultado les es o no favorable. Reconocen que Cajamarca será un hito en la escena política futura y por lo tanto un ejemplo de confluencia de fuerzas para presentar una nueva forma de desarrollo. Y reconocen que sería muy inmaduro no llegar a un acuerdo real ante el reto que les plantea parte de la población que se identifica con su postura. 

Pero una cosa son los buenos deseos, y otra el análisis en frío de las posibilidades de cada protagonista. 

Si algo le debe reconocer el partido de Goyo a Marco Arana, y en general la “nueva” izquierda, es el poder izar la bandera del Medio Ambiente con más autoridad que nunca. Las preocupaciones de esta índole no fueron prioridad para nuestra izquierda por mucho tiempo. Es cierto que Gregorio Santos ganó las elecciones en Cajamarca con un discurso confrontacional contra los abusos de la gran minería, pero Patria Roja no tenía aún un ideario de desarrollo alterno ecologista como parte de su pensamiento político. En el conflicto Conga, todos han aprendido de todos. 

Y Tierra y Libertad también tiene que ser consciente de sus falencias como un partido que no ha tenido buenas experiencias electoras y que recién está formando bases cuya convocatoria popular aún es relativa. Una cosa es T y L de Lima y otra es T y L de Cajamarca. 

Quizá los mejores mediadores para esta alianza serían, por un lado, el ex viceministro de Ambiente José de Echave, y por el otro, el vicepresidente regional César Aliaga. 

Por ahora existen fuertes discrepancias por el tema de la designación o apoyo del MAS a candidatos a Celendín y Bambamarca. T y L considera que dicha designación se ha hecho sin consulta social y con puro pragmatismo político sin considerar pasivos a futuro. 

Otro tema que los puede confrontar es el de la oposición o viabilidad de algunas proyectos mineros o energéticos, como el de Chadín II, por ejemplo. ¿Va o no va? se cuestionan desde ambos extremos de esta alianza virtual. 

También se tendrá que superar una lucha interna de egos, ideologías, de asesores calienta-orejas, de encuestitis, de recomendaciones y recomendados, de falsas inmolaciones, de modelos de desarrollo a corto y largo plazo, de falsos analistas y hartas caretas. 

Se espera igualmente la participación de una fuerza de centro como Acción Popular, en este caso, a través del congresista Mesías Guevara Amasifuén; y de frentes independientes (pero cercanas a la confrontación anti-Conga) como la representada por el congresista Jorge Rimarachín. 

Obviamente, alguien tendrá que ceder, y alguien tendrá que llevarse el apoyo cerrado de las fuerzas que lo impulsan. Como dijera un analista: aun conociendo que se podrían perder las elecciones regionales del 2014 (que en realidad serán un referéndum sobre Conga) ir separados y peleados sería el más grave error y una sentencia para las emergentes izquierdas regionales.



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