LA HOJA DE RUTA DE SUSANA VILLARAN
Por: Rocio Silva Santisteban
Más allá de que la gran derrota ha sido de los revocadores, la victoria podría repartirse y puede interpretarse de distintas maneras. Una de ellas es la que muestra la foto del balconazo el mismo día de la revocatoria: Susana Villarán y Lourdes Flores, junto con Anel Towsend o Raúl Castro, en portadas de diarios tan disímiles como La Primera o El Comercio. Esta foto puede marcar un aire de familia y sugerir que los socios toledistas o pepecistas de la alcaldesa han sido fundamentales en este proceso. En parte lo han sido, pero no necesariamente para fortalecer el liderazgo de Susana Villarán sino para plantearle el gran dilema de su continuidad en el municipio frente a la innegable revocatoria de casi todos los regidores de la Confluencia-Fuerza Social: ¿gobernará con las fuerzas del PPC o con los aliados que la llevaron al sillón municipal? Si solo consideramos esa famosa foto, la respuesta estaría dicha.
Sin embargo, no creo que Susana Villarán deje a un costado a los leales. En principio pensemos en Marisa Glave, de Tierra y Libertad, más que fiel escudera, casi su “delfina” con un liderazgo renovado, juvenil y femenino, además de una lealtad y fuerza política a prueba de balas. Ella se ha fajado en debates públicos y privados, trabajando cerca de los colectivos y movimientos sociales, poniendo su voz, su cara y su destreza política cada vez que era necesario, enfrentándose a los revocadores en todo momento, sin pestañear. ¿No es acaso Marisa Glave junto con Marco Zevallos y Mónica Erazo, tres de los regidores revocados que pertenecen a uno de los pocos partidos con la inscripción electoral que no tiene Fuerza Social?, ¿sería posible hacerlos a un lado para cogobernar con Pablo Secada?
En la hipótesis de que los revocados sean 21 regidores, solo hay 16 accesitarios de la Confluencia-Fuerza Social y se tendría que solicitar al PPC los cinco faltantes. Digamos que este es el escenario intermedio hasta que se convoquen nuevas elecciones en noviembre. Pero, a su vez, ¿a qué partidos pediría su apoyo Susana Villarán considerando precisamente la difícil situación en el interior de un Consejo fragmentado de esa manera?
¿Los movimientos sociales y colectivos de jóvenes que apoyaron el NO, con tantas y mejores estrategias que las de Luis Favre (recordemos los memes) se verán nuevamente decepcionados ante una concertación que una vez más lleva a las fuerzas conservadoras al gobierno?, ¿una nueva decepción para los movimientos populares y juveniles que apostaron por una lideresa de izquierda en el Municipio?, ¿cuál será la misma posición de Tierra y Libertad frente a esta responsabilidad con los movimientos que representan en un escenario poco propicio para infraternidades?
Confío en el espíritu de izquierda de Susana Villarán y en la lealtad a sus valores, más allá de las componendas políticas, que esta vez la llevan hacia las cuerdas de la derecha liberal. Recuerdo precisamente que cuando se formuló el pacto con el PPC en la Plaza Mayor, ella misma, dándole la mano a Raúl Castro, le aclaró que no eran socios, sino asociados, es decir, compañeros de una hoja de ruta marcada por la urgencia de salir del miasma de la revocatoria.
Más allá de que la gran derrota ha sido de los revocadores, la victoria podría repartirse y puede interpretarse de distintas maneras. Una de ellas es la que muestra la foto del balconazo el mismo día de la revocatoria: Susana Villarán y Lourdes Flores, junto con Anel Towsend o Raúl Castro, en portadas de diarios tan disímiles como La Primera o El Comercio. Esta foto puede marcar un aire de familia y sugerir que los socios toledistas o pepecistas de la alcaldesa han sido fundamentales en este proceso. En parte lo han sido, pero no necesariamente para fortalecer el liderazgo de Susana Villarán sino para plantearle el gran dilema de su continuidad en el municipio frente a la innegable revocatoria de casi todos los regidores de la Confluencia-Fuerza Social: ¿gobernará con las fuerzas del PPC o con los aliados que la llevaron al sillón municipal? Si solo consideramos esa famosa foto, la respuesta estaría dicha.
Sin embargo, no creo que Susana Villarán deje a un costado a los leales. En principio pensemos en Marisa Glave, de Tierra y Libertad, más que fiel escudera, casi su “delfina” con un liderazgo renovado, juvenil y femenino, además de una lealtad y fuerza política a prueba de balas. Ella se ha fajado en debates públicos y privados, trabajando cerca de los colectivos y movimientos sociales, poniendo su voz, su cara y su destreza política cada vez que era necesario, enfrentándose a los revocadores en todo momento, sin pestañear. ¿No es acaso Marisa Glave junto con Marco Zevallos y Mónica Erazo, tres de los regidores revocados que pertenecen a uno de los pocos partidos con la inscripción electoral que no tiene Fuerza Social?, ¿sería posible hacerlos a un lado para cogobernar con Pablo Secada?
En la hipótesis de que los revocados sean 21 regidores, solo hay 16 accesitarios de la Confluencia-Fuerza Social y se tendría que solicitar al PPC los cinco faltantes. Digamos que este es el escenario intermedio hasta que se convoquen nuevas elecciones en noviembre. Pero, a su vez, ¿a qué partidos pediría su apoyo Susana Villarán considerando precisamente la difícil situación en el interior de un Consejo fragmentado de esa manera?
¿Los movimientos sociales y colectivos de jóvenes que apoyaron el NO, con tantas y mejores estrategias que las de Luis Favre (recordemos los memes) se verán nuevamente decepcionados ante una concertación que una vez más lleva a las fuerzas conservadoras al gobierno?, ¿una nueva decepción para los movimientos populares y juveniles que apostaron por una lideresa de izquierda en el Municipio?, ¿cuál será la misma posición de Tierra y Libertad frente a esta responsabilidad con los movimientos que representan en un escenario poco propicio para infraternidades?
Confío en el espíritu de izquierda de Susana Villarán y en la lealtad a sus valores, más allá de las componendas políticas, que esta vez la llevan hacia las cuerdas de la derecha liberal. Recuerdo precisamente que cuando se formuló el pacto con el PPC en la Plaza Mayor, ella misma, dándole la mano a Raúl Castro, le aclaró que no eran socios, sino asociados, es decir, compañeros de una hoja de ruta marcada por la urgencia de salir del miasma de la revocatoria.
Rocío Silva Santisteban (Lima, 1963). Estudió literatura en laUniversidad Nacional Mayor de San Marcos y Doctora en Literatura por la Universidad de Boston. Ganó el Premio Copé de poesía con su poemario Ese oficio no me gusta (1990). Otras publicaciones: Mariposa negra(1993), Condenado amor y otros poemas (1995) yTurbulencias (2006). En 1994 publica su libro de relatos Me perturbas (1994). Actualmente es periodista y docente universitaria. Además es presidenta de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
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