LA TRINCHERA DEL MIEDO
Por Wilson Hernández Briceño
Quiero comentar la columna de hoy día de Mirko Lauer -artículo del veite de setiembre de 2012-, su opinión refleja la confusión reinante en la sociedad limeña respecto de los conflictos sociales. El sugiere que sin la presencia de la Ley y el Estado los pobres se enfrentarían a la clase media para quitarles lo que han obtenido con el crecimiento económico. Pero, que si de prosperidad se tratara, ella llegaría tarde o temprano a todos. Lo que pasa es que hay también en los conflictos sociales un factor político que no se puede comprender. Porque cómo es posible que a mayor crecimiento económico (CE) se de un mayor avance de la izquierda antisistema. Y sin salir de su asombro se pregunta ¿Qué es esto: lucha de clases, conflicto cultura, choque ideológico?
Para salir de la intrígulis en que se a metido el notable escritor, primero determinemos el tipo de crecimiento económico que viene ocurriendo desde los 90 y cual es la contradicción esencial que en su desarrollo adquiere la forma de lucha de clases, conflicto cultural y choque ideológico. Segundo, definir al Estado y el ordenamiento jurídico construido a raiz de un golpe de estado y una constitución neoliberal.
La bronca no es contra la clase media ni xenofóbica o chauvinista contra los limeños o costeños. No.
Es por una redistribución equitativa de la riqueza nacional: Los maestros y los médicos exigen al gobierno salarios justos. Otros sectores de trabajadores tambien harían lo mismo si estubieran organizados. El ministro Castilla prefiere guardar la plata para los banqueros en vez de atender el bienestar de los servidores del estado.
Las demandas de la población es educación y salud de calidad, es seguridad ciudadana, mejores servicios públicos para todos y no humillantes programas asistencialistas.
La lucha es por mayor descentralización, democracia participativa, derechos sobre el territorio que habitamos y derechos ambientales y culturales.
¿Cómo lograr mayor equidad en la redistribución de la riqueza nacional si el Estado esta manejado por las grandes empresas mineras, petroleras, pesqueras, latifundistas y los grandes bancos?
¿Hasta cuando vamos a soportar el asfixiante centralismo que usurpa las competencias de los electos gobiernos regionales y municipales; de un estado que dispone de nuestro territorio local sin consultarnos e impone sus proyectos mineros, petroleros, hidroeléctricos y viales, aun sin sustento técnico ni económico?
¿Quien genera estas contradicciones sino es el viejo modelo económico extractivista primario exportador que acrecienta la desigualdad social, destruye nuestro medio ambiente y somete al país a una mayor dependencia de las grandes potencias?
¿De qué crecimiento económico se trata, de la industria acaso? ¿Dónde está el desarrollo tecnológico?
La lucha es contra el Estado neoliberal y el poder económico banquero - minero que nos imponen un sistema económico que genera los actuales conflictos y mantiene las viejas injusticias.
Lo que no entiende Lauer es su temor a despertar en una realidad distinta a la que ahora disfruta a la sombra de una riqueza y un poder que considera natural y necesario.
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