lunes, 11 de junio de 2012

AMENO DESCANSO EN EL UNDÉCIMO DÍA DE PARO REGIONAL EN CAJAMARCA


Un domingo de Corpus Cristi se observa a cientos de hermanos manifestantes provenientes de provincia descansando en el atrio de la Iglesia San Francisco en un momento de oseo. Algunos sentados otros echados, pero lo singular de su comportamiento es que siempre están en grupos al estilo de una mesa redonda socializándose. Nos preguntamos cuál será su coloquio, pero como nosotros también nos sentimos parte de ellos sabemos que sus temas son la inviabilidad del proyecto Conga.

El desayuno un caldo al estilo cajamarquino; el almuerzo menestra, arroz, papa y su refresco y  la merienda  igual que el almuerzo sacian la parte fisiológica y la personalidad con el aprecio de muchos vecinos cajamarquinos. Así se fortalecen nuestros hermanos manifestantes que en su mayoría son  los campesinos que han preferido dejar a su familia y su trabajo y se han instalado en esta capital (solamente es por hoy domingo, luego los días de semana el pueblo cajamarquino sale a levantar su voz: ¡Conga no va!), pero sin duda servirá para recomponer fuerzas y alistarse para la jornada del día siguiente en su reclamo para que no se concrete el proyecto Conga: “Solo falta mi mujer”, dice un hermano bambamarquino apenas llegado de su tierra y suelta una carcajada que es celebrada por sus compañeros mientras da cuenta del almuerzo frugal.

El caso grafica lo bien que tratan de sentirse, alojados en el amplio patio de la Iglesia San Francisco, donde, desde el 31 de mayo (día del inicio del paro indefinido), viven literalmente miles de hermanos comuneros de las provincias de Hualgayoc - Bambamarca, Celendín, Chota, Hualgayoc, Jaén, San Marcos y otras provincias. Además algunos de nuestros hermanos son alojados por vecinos cajamarquinos que tienen la buena voluntad de alojarlos en sus casas o también de algún familiar.

Inmensas ollas bajo el fuego del leño en improvisadas cocinas, curtidas mujeres diariamente preparan el menú del día para atender a los visitantes con los alimentos que la solidaridad del pueblo les dispensa, apilando costales de papas y toda clase de pan llevar que reúnen. Sienten que su esfuerzo es compensado en su defensa del agua.

Los hermanos comuneros actúan como ronderos, mientras unos marchan por las calles en un ritual, otros van formando largas filas con la seguridad. La gente cajamarquina agena al conflicto social especula preguntándose: "¿cuánto tiempo durará la protesta de esta gente mayoritariamente campesina acostumbrada al sufrimiento que descongela el corazón más indiferente de algunos que llegan con su aporte voluntario para que no se caiga la protesta?". Nuestros hermanos comuneros de provincia y nosotros los cajamarquinos sí lo sabemos: hasta lograr la inviabilidad del proyecto Conga, hasta que el Presidente recuerde que el pueblo, el más pobre, lo eligió.

Desconfiados al máximo, pero de aquella prensa que no dicen la verdad y de las personas que nos tratan mal, un joven pretende impedir a gritos que grafiquemos la inmensa carpa de plástico que sirve para que cientos puedan alcanzar el sueño. El sueño se alcanza con las muestras de equidad y de justicia social que nos dan estos hermanos de provincia que las carpas, utilizadas como terruños son compartidas por todos ellos.

“De aquí no nos movemos hasta que el gobierno declare inviable a Conga. Somos un pueblo digno que no se vende a los poderosos”, dice un hermano de provincia entrado en años que, ataviado con su poncho y llevando la alforja sobre el hombro. Ese es el corazón y el pensamiento de nuestros hermanos que han venido de provincia. Así se pasa un domingo de Corpus Cristi en el undécimo día de paro regional en Cajamarca.

Domingo 10 de junio de 2012.


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